Dormitorio de las chicas

Despues de acabar de deshacer la maleta,estaba tan cansada que me acosté en la cama y me quedé dormida.
Cuando me desperté,ví a mi alrededor y no habia nadie. Solo estaba Coyko, acostado alado de mi cama durmiendo, lo acaricie, y se despertó. Saltó encima de mi cama y me lamió la cara, yo con una sonrisa le dije:

-Eeeeh, tranquilo chico, venga, me ducho, me visto y vamos a dar una vuelta, haber si vemos a alguien por aqui.

Coyko se bajó de la cama y se sentó en el suelo impaciente.Yo cogí una toallla y me fuí a la ducha.
15 minutos más tarde salí del baño y fuí directa al armario.Cogí un pantalón largo y una camiseta de asas negra y me vestí.Llamé a Coyko y nos fuimos.

Mis pasos reproducían un ruido muy incomodo en el viejo suelo de madera.
Subí las escaleras poco a poco, -a pesar de que no tubiera muy llena la maleta- Neve, mi gatita, me seguía a mis pies.
Cuando por fín llegué a la puerta, ella allí estaba, mirándome atentamente, como si no supiera dónde estábamos y qué hacíamos aquí. Le sonreí y ella se subió a mis hombros. Me los arañó sin intención alguna, pero no me importaba, al pasar los años, mi cuerpo fue soportando los arañazos que me producía y el pequeño dolor se combertía en amor; amor que Neve recibía como regalo. El amor que le faltaba después que la abuelita, mi única familia, murió. Cada vez que Neve me acariciaba por con su cola, me preguntaba cuantos años tendría cuando llegué a aquella casita...
En fin, entré a la habitación, la madera seguía haciendo el mismo ruido. Neve saltó de mis hombros a una cama. Estaba llena de cosas, así que le hice un gesto para que bajara. En seguida, me dirigí a una cama libre. La más apartada de todas las demás, la que más intimidad me podía dar. Desice la maleta y coloqué todas mis vestimentas adecuadamente en el armario, me cansé enseguida de ser tan perfecta, por lo tanto, el resto de las cosas las dejé hechas una pelota, ya habría tiempo para ordenarlo todo... Miré por la ventana que había cerca de mi cama. La abrí y una brisa hizo que mi pelo bailara en el viento. El aire fresco, me encantaba, era lo único que me hacía sentir viva de verdad.
De pronto, apareció un cuervo en la ventana, lo cogí en mis manos y lo comencé a acariciar. La abuelita me contaba muchos cuentos, no eran cuentos muy adecuados para una adolescente... Pero me interesaban mucho. Ella decía que un cuervo que se disponía a ser amable contigo, era la muestra de que tubiste cerca la muerte, pero que no te llegará hasta dentro de mucho tiempo... Lo heché al vacío para que comenzara a volar y para dejarlo en libertad. Dejé la ventana abierta y ví una foto de mi familia en la maleta. No sé por qué la tenía allí. La rompí en mil pedazos, tantos recuerdos, tanto dolor... Mis padres no me querían, no me apreciaban, no me apoyaban... No quería recordar todo lo que me hacían pasar... Por eso uí de casa hasta encontrar a Neve y a la abuelita, la cual me dejó todo lo que poseía. Decidí pues, venir a esta escuela, aprender mucho, y algún día poder vengarme, pero pensé que eso no sería lo correcto a pesar de mi mala actitud y decidí, que lo único que quería hacer, era empezar de nuevo. Sí, esta solitaria chica por fin se convertiría en una mujer...
Dejé mi maleta cerca de la cama. De la asa salía un cacho de papel en el cual ponía Lydia. Mi nombre. Me lo puso mi hermana, dos años mayor que yo, nadie me quería cuando murió accidentalmente, todos me hechaban la culpa...
Cogí a Neve en mis brazos y me heché mi melena negra, larga y ondulada a un lado. Me estiré el vestido sin mangas. Era demasiado corto, pero me favorecía, también era negro. Por último, sin ninguna preocupación, me estiré en la cama sin quitarme mis botas -que me llegaban hasta la rodilla- de tacón alto y fino. Hoy iba de luto, como casi cada día. Mi color favorito, el negro, me favorecía, ya que mi piel era muy pálida y tenía las ojeras tan grandes que se confundían con una mancha en un vestido blanco.
Neve maulló:
-Mau!
Fue entonces cuando decidí dar una vuelta con ella. A ver qué sorpresas me traían esta escuela. Sonriendo, intentando parecer una chica normal.

Al entrar salia una chica me choque contra ella y las bolsas se me cayeron al suelo.
-Redio...-Calle la boca al sentir el codo de Naia en mis costillas-Hola Soy Arne la jefa de esta casa y tu?-Me agache a cojer mi cosas

Me quedé de pie mirando como Arne recogía sus cosas. Neve me miró y mauyó de nuevo, así que me agaché para ayudarla a pesar de que esa no fuera mi comportamiento habitual. Me quedé callada sin mirarla a los ojos fíjamente, ya que los míos, negros como un cielo sin estrellas en plena noche de verano, asustaban a cualquiera. Mi rostro se oscureció ya que mi pelo lo escondía, me levanté y le dí sus cosas. Y con una voz muy baja le contesté:
-Yo me llamo Lydia -dije sin mostrar ningún otro gesto.

Entre en la habitacion dejando todas las cosas encima de la cama
-Espero que no estes siempre en medio-dije con una mueca.Sabia que estaba siendo cruel pero el no beber nada de sangre me estaba comiendo por dentro-Naia Vamos al comedor porfavor-musite mientras el ardor de la sed me quemaba la garganta

-Arne, ¿estás bien?

-Si. Vayamos al comedor..

La respuesta de Arne fue seca y cortante, así que me limité a seguirla... sin más.

-Me temo que no saldrás ganando... Porque la verdad, siempre estoy en medio, como el jueves... -dije esta vez mirándola a los ojos y al mismo tiempo intentando sonreir y parecer amable mientras ella salía de la habitación con aquella llamada Naia. Cogí a Neve en brazos, que volvía a acariciarme con su cola. Sin moverme a penas, antes de que se fuera, le dije:
-Intentemos llevarnos bien -hice una pausa y luego pensé para mí misma cosa muy dificil para mí...- Tal vez así pueda hacer algo por tí y así poder ayudarte a controlar tus deseos...
En ese momento desvié mi mirada de ella y me dirigí a bajar las ruidosas escaleras.

me voy al comedor!!ya estoy descansada!

Cuando llegue a mi habitación, vi una maleta encima de una cama pero no vi a nadie.Me acerqué a mi cama, me tumbé y llamé a Coyko, pero no me hizo caso, yo me quedé mirandole extrañada:

- Coyko, por qué no me haces caso?Vente para aqui, no te quedes en la puerta.

- No, no quiero estar aqui, quiero ver como es este internado por fuera, quiero saber como es, vamos Yakira, no seas vaga, vamos a ver lo que ahi por aqui.

Yo, sin rechistar me levanté de la cama y me acerqué a el, porque al fin y al cabo tenia razón, non nos ivamos a quedar todo el dia en la habitación.

Abrí los ojos, bostecé. Había sido una noche muy larga. No podía dormir, los ojos los tenía secos, llenos de legañas... Me levanté para ir al baño. Fui sigilosamente mientras unos rayos de sol entraban por las regillas de la persiana. Neve dormía acurrucada a los pies de mi cama. Siempre fue muy acomodona y muy plasta. Abrí la puerta del baño. Me labé los dientes y me miré al espejo para ver qué blancos estaban. Después, me heché agua caliente a la cara y me froté bien los ojos, dejándolos limpios. Las heridas que ayer me hizo Neve en el comedor habían cicatrizado. Al rededor de ellas la piel estaba rojiza. Me dí unas gotitas de agua oxigenada y me quité el pijama volviendo en ropa interior a mi cama. Me senté y metí a Neve en su jaula. Luego, miré mi armario, todo estaba ordenado, menos la ropa que dejé hecha una pelota el día anterior. Me puse las botas de ayer y un vestido muy juvenil y algo pijo. Era negro, mi color favorito. Me veía demasiado refinada, así que me quité la coleta, me di la sombra negra en mis ojos y me puse un cinturón de pinchos por mi cintura. Así estaba mejor. Me gustaba como iba. Aunque seguía viendome de una manera extraña. Me dirigí a guardar mi pijama doblado bajo la almohada mientras alguna que otra alumna aun dormía.

Llegue a la habitacion con rapidez.Al entrar la chica con la que me habia estrellado el dia anterior estaba alli.La salude con la cabeza y me fui directamente a la ducha.Antes de que pasara el 2º minuto alli metida ya estaba afuera.Volvi a la habitacion.La chica seguia en la misma postura que cuando yo habia entrado.Abri el armario y coji unos pitillos negros una camiseta
puse los calcetines y me calce las Converse al acabar de vestirme me fije que Lydia no me quitaba el ojo de encima.
-Se puede saber que miras??

-Nada, símplemente no esperaba que fueras tan rapida -guardé silencio durante unos segundos y proseguí:
-Bonitas converse. Yo las tengo negras ^^

-Ya ves ventajas de ser vampiro-dije mientras me derigia a donde guardaba el joyero coji un pulsera-Ya todo el mundo tiene algunas-sonrei-yo me voy-me despedi con la mano y sali de alli

Entreal dormitorio y me puc a desacr las maletas.

Llego a la habitacion.Me habia olvidado de colocar todo.No me percato en si hay alguien mas en la habitacion.No me interesaba

-Hola -dije sin saber quién era la persona la que entraba a la habitación, deducía que era una chica, por la forma en la que tenía colocados sus sentimientos. Tenía la almohada encima de mi cara. Estaba tumbada en la cama. Tenía sueño. Neve estaba sentada encima mía. Muy acomodada, de nuevo me hizo heridas, ya estaba arta de darme tanta agua oxigenada, le tenía que cortar las uñas de una vez por todas...

-Hola conteste-eche un vistazo a su mente-si sera mejor que se las cortes...o un dia acabaras...mal-intente no ser dura

Me quité la almohada de mi cabeza, con los pelos alborotados. Bostecé.
-Ah... Eres tú, Arne... -murmuré- Tienes razón, en cuanto pueda, osea: dentro de unos días... xDDDD Se las cortaré.

Era la primera vez que la oia reirse estando yo delante.
-Porque siempre que te veo estas en tu cama?

-Porque... ¿Sí? ... No lo sé. Tal vez sea una coincidencia... -contesté sin saber qué decir.

-Las coincidencias no existen-no creia en las coincidencias...la historia de mi vida pense-Te gusta la soledad?

-A veces pone una tirita a cada herida de tu corazón... Otras veces no... Es complicado, pero a veces, me gusta... -murmuré tirando a Neve al suelo y viendo como caía de pie mientras yo pasaba de una postura alargada a una de estar sentada ^^